domingo, 31 de agosto de 2008

KAPITI ISLAND






COMIENZA LA PRIMAVERA¡

Vaya fin de semana que ha hecho¡ me recuerda a uno de esos días de invierno de la Costa Mediterránea donde el sol luce con fuerza, y donde fácilmente se llega a los 20 grados. Esto es lo que ocurrió en mi querida Isla del Pacifico. El sábado hice mi primer viaje, animado por mi mayor conocimiento sobre los sitios a los que ir y como ir (cosa no fácil muchas veces) y por la mejora antes comentada de las condiciones meteorológicas puesto que el Invierno va a dejar paso mañana a la Primavera. El sitio elegido fue Kapiti Island, una Isla “Santuario”, gestionada por el Departamento de Conservación (DOC), reserva de flora y fauna, bañada por las cristalinas aguas del Pacífico. Esta Isla fue arrasada por los europeos introduciendo ganado y destruyendo los bosques que allí había, y con ello la mayor parte de la fauna asociada (que es lo mismo que han hecho en la Isla grande, ya prácticamente no queda nada del bosque original, totalmente reducido a favor de los pastos y agricultura). Cuando el DOC pasó a gestionarla, elimino todo lo foráneo. De especial dificultad resulto la eliminación de las ratas (autentica plaga en Nueva Zelanda, lleva de cabeza al DOC), para lo cual opto por la fumigación. Tendríais que ver como esta la Isla en tan solo 20 años, una regeneración alucinante de la cubierta vegetal, albergando especies (sobre todo de aves), muchas de ellas extintas en la Isla principal. Vi periquitos (si, esos animalejos que aquí tenemos en jaulas), loros, palomas enormes (parecían casi águilas), gaviotas igualmente enormes, y otros pajarracos de cuyo nombre no puedo acordarme. Es alucinante pararse y escuchar la sinfonía compuesta por los citados pajarracos, si bien, el guía comento que es en Primavera cuando este espectáculo es aun mas grotesco. En esta Isla viven unos cuantos afortunados y el DOC solo deja que la visiten 68 personas por DIA. Para ir utilizamos un Mini Contiki/Tabarquera, el cual es remolcado por un tractor hasta bien adentrada la playa, tractor incluido dentro del agua, momento en el cual el barco ya flota y se desliza del remolque. Cuando llegamos a la Isla, el Contiki saca la escalerilla y en el vaivén de las olas adecuado pegas el salto y estas en la orilla, si si, como lo digo, no mas de tres-cuatro personas pueden saltar al mismo tiempo, ya que el oleaje hace que se aleje el contiki, movimiento de vaivén que da una nueva posibilidad para que tres-cuatro intrépidos vuelvan a saltar, increíble. Se vivió una escena límite, en la cual había una abuelita que no se atrevía a saltar, y gente haciendo cola para hacerlo. El capitán Pescanova gritando para que lo hiciera y la abuela no se atrevía, finalmente saltó, concluyendo la historia con un final feliz.
El martes cumplo justo un mes desde que llegue, y la verdad es que se me ha pasado rápido, buen síntoma este. En este tiempo, he tenido la oportunidad de hacer un poco la radiografía de la gente y la sociedad. Bueno, la mayoría son europeos o descendientes de (Pakeha en Maori), un 15% Maories y el resto asiáticos de varios países (aunque cada vez mas). En general, la gente es súper confiada, las escenas estas de las pelis donde el repartidor deja el periodico en la puerta de la casa se dan aquí. Las unifamiliares tienen muchas de ellas las puertas abiertas. Las verjas están para delimitar propiedades, no para evitar que nadie salte, pues la mayoría no llegan al medio metro. Como anécdota, el otro día en la Isla, alguien del DOC hizo café y pastas y lo dejo en una terraza. Había un cartelito diciendo que eran 5 kiwidolares, a lo cual pregunte que quien cobraba, la respuesta fue nadie, había un cestito donde se dejaba el dinero y ese alguien ya lo cogería, impresionante. Me ha pasado también que cuando he ido al teatro, o al cine, me preguntan si llevo la entrada, digo que si, y no ha hecho falta ni enseñarla. Pienso que estoy en el país mas tranquilo del mundo. Un síntoma de ello son los periodicos, creo que tienen verdaderos problemas para sacar noticias (claro esta, que a la gente le interese), ya que aquí nunca pasa nada. El tema de los Maories es un tema a estudio. A diario no se cansan de decir (políticos, medios, etc) lo importante que es su integración, tenerlos en cuenta, que avanzamos hacia un estado bicultural… todos los carteles del gobierno aquí en Wellington están en ingles y Maorí, etc., pero según he podido comprobar y me han contando, no es mas que fachada, no hay un real interés por hacerlos participes de esta sociedad, lo que pasa es que no seria políticamente correcto aislarlos, mas cuando eran los únicos pobladores de estas tierras no hace mucho mas de siglo y medio. Se supone que están repartidos por el país, pues bien, es casualidad que donde están la mayoría de funcionarios de este país no haya visto a casi ninguno. Por cierto, a los Neo Zelandeses se les conoce como Kiwis, pero no es por la fruta como yo pensaba (la cual viene de China), es un ave horrenda que si que es autóctona.
Bueno, acabo ya contando que dentro de poco son las elecciones nacionales (segunda campaña electoral del año para mi) y próximamente iré a Rotorua, una zona con una actividad volcánica importante, con aguas termales, geisers, etc., por lo visto, gases de azufre impregnan la ciudad y no es inusual encontrar alcantarillas o agujeros en medio de la ciudad echando humo… veremos.
Hasta la próxima.

viernes, 15 de agosto de 2008

domingo, 10 de agosto de 2008

sábado, 9 de agosto de 2008

CONOCIENDO NUEVA ZELANDA

En primer lugar, me gustaría comentar que como veis, he cambiado la nomenclatura de los títulos, veo mejor titular cada versión de este humilde “Elegante…” con una frase que recoja a modo de resumen lo que cuenta este que les escribe (como bien diría mi abuela Pepica). Bien, ya llevo 8 días en estas tierras Maories que tan bien me han acogido (excepto con el clima, hace un frío que pela, tendremos unos -3 potenciales y muchos menos reales, puesto que hace mucho viento y nieva (si bien es muy fina, no cuaja), ahora entiendo porque le dicen “The windy Wellington”) y ya se pueden sacar una serie de conclusiones que ya no son “a bote pronto”, puesto que conozco un poquito a la gente, he leído, he escuchado y sobre todo, formo parte temporal de esta sociedad… de ahí que pueda añadir algunas así como retractarme de otras. En temas ambientales la verdad es que me colé, no he visto contenedores en las calles porque aquí son todos grandes edificios y cada edificio tiene sus contenedores selectivos, y supongo yo que cuando pase la basura tendrá acceso a donde están los mismos y se los llevará. Existe verdadera obsesión con que la gente coja el transporte público, hay elaborado un plan municipal que quiere incrementar considerablemente el número de viajeros que utilizan estos medios. Asimismo, también tengo que decir que la frecuencia de trenes y buses es realmente impresionante, el tren que cojo yo, que va a un pueblo situado a unos 20 km de Welli, sale cada 15 mtos en horas puntas, sería algo comparado con Elche y Alicante, con la diferencia de que a este pueblo va un número insignificante de personas. Con el tema de la energía también hay verdadera obsesión (por cierto, la mayor parte de la energía aquí es hidroeléctrica, la obtienen en la Isla Sur, la menos poblada, por lo tanto tienen que enviar esa energía a la Norte, donde se concentra la población), existe una campaña del gobierno encabezada por un símbolo que es una especie de sol, pues bien, en mi curro, la pegatina de ese sol está en todo aparato, interruptor, etc., que consuma energía, y viene a decir que utilice ese utensilio solo lo necesario para no malgastar energía. En el tema del papel idem, es obligatorio en el centro donde estoy que a partir de 4 folios, la impresión sea por ambas caras. En las tiendas, no te cobran las bolsas de plástico, pero no te la dan a no ser que tu se la pidas, cosa esta importante, ya que en España todos sabemos que donde vayas, lo primero que hacen es ponerte la bolsa de plástico, aunque te quepa perfectamente en el bolso o en otra bolsa que lleves. Bueno, y por supuesto con su biodiversidad, la protegen como lo que es, su razón de ser. Lo que si que llevan verdaderamente mal es el tema de la comida, veo mucho obeso, y no me extraña, también son muy ingleses (bueno, es que la mayoría son ingleses, o descendientes de), se pasan el día comiendo pasteles, patatas fritas, salsas… en fin, que donde esté nuestra dieta mediterránea (voy a ver si mi madre me puede enviar tuppers), que se quite lo demás. También son patriotas, pero es un patriotismo distinto al francés, aquí están muy orgullosos de su país, siempre te preguntan que has visto, que quieres ver, te aconsejan, pero lo hacen porque piensan que te puede gustar, los franceses no, no te suelen preguntar, presuponen que te va a gustar porque para ellos es lo mejor. Asimismo, tienen muy asumido que están en una zona digamos sensible en cuanto a fenómenos naturales. Hablo de erupciones, tsunamis, inundaciones, terremotos, etc. Con los terremotos hacen mucho hincapié, de hecho muchos aspectos de los diseños de los edificios están hechos pensando en ellos, suelen haber pequeños temblores de poca intensidad ya que la placa del Pacífico se mete bajo la Australiana, aunque yo aun no he notado ninguno.
Bueno, os dejo ya que seguro que tenéis muchas cosas que hacer, además no hay mucho que contar, por eso he contado lo que pienso yo, jeje. Me he pasado la semana currando y el finde lo está haciendo muy malo, además, la visita a la Isla Sur (que por cierto, la más bonita dicen) para ver el Parque Nacional de los Fiordos (donde está Milford Sound) y el Monte Cook, tiene que esperar un poco, ya que hay mucha nieve. La temporada oficial de las grandes rutas por los Parques Nacionales del Sur empieza el 28 de Octubre (antes no recomiendan hacerlas). Por ejemplo, para hacer la que acaba en Milford Sound y dormir en los albergues que hay por el camino, hay que pagar una pasta, y luego, te aclaran que si llegado un momento no se puede pasar, el rescate en helicóptero corre por cuenta de los señores viajeros, a saber lo que cuesta. De momento me centraré en la Norte, aunque las comunicaciones por transporte público terrestre no son muy buenas, no hay muchas combinaciones y son caras, me han dicho que lo mejor es un coche alquilado, veremos.
Besos a ellos, abrazos a ellas.

Pedazos de Wellington




lunes, 4 de agosto de 2008

Elegante pero informal VI

Estimad@s tod@s,
Bienvenidos a la reapertura de este rotativo “Elegante pero informal” el cual ha permanecido en standby durante los últimos 9 meses debido a su vocación de ventana discreta a las vivencias, pocas pero humildes, de este que les escribe durante sus estancia en tierras lejanas. Aviso que esta primera versión del Elegante toma 2 viene cargado, es decir, que es denso, por lo cual, y a falta de un abstract que haga las veces de resumen, el que quiera leerlo entero ya sabe a que atenerse. Prácticamente hoy es el primer día que tengo un rato más o menos largo en el que poder escribir a gusto y sin prisas, además, viene bien porque ya me encuentro perfectamente instalado y habiendo pasado lo peor de estas cosas, cómo es el primer día de curro, los primeros encuentros con los compañeros, la posible pérdida de maletas, etc. Pues bien, la verdad es que no he tenido ningún problema, todo lo contrario, todo ha ido a la perfección y toco madera, es decir, mi cabeza y no acerico de los barcos que son mis abdominales. Bromas aparte, y al hilo de lo que comentaba, el viaje transcurrió sobre los cauces de la normalidad a pesar del trasiego que supone estar en tres continentes. La tierra patria me despidió con un descomunal caos en la T4 y con mi último bocadillo de jamón y queso hasta dentro de tres meses. De ahí pasé a Frankfurt, ciudad desde la cual volé a Singapur, el cual tuve oportunidad de ver desde los aires. Tras una breve espera, mi avión puso rumbo a Melbourne y de allí a Wellington. Allí me esperaba mi jefe, Tom, una mezcla entre Miliky y Sir Alex Ferguson, una bellísima persona ya que no solo me recogió sino que al otro día fue con su señora a recogerme otra vez y e hizo las veces de guía anfitrión de la ciudad, me enseñó como llegar al curro, me compro un bono semanal de tren y me invitó a comer, casi nada, igualito que los franceses. En cuanto a la casa esta de pm, son apartamentos de tres personas con habitas individuales. La primera noche me pusieron con dos maromos británicos, pero era pasajero, puesto que al día siguiente me situaron definitivamente con dos kiwis, es decir, dos jovenas neo-zelandesas. Nada más entrar supe de que pie cogeaban, puesto que la mesa donde supuestamente se come, estaba llena de botellas, a cual más variopinta. Entre las joyas puedo destacar una botella de ginebra de esas que no llevan dosificador, vacía por supuesto, tipo tanquerai (te acuerdas Andrés?) de una marca que situaría entre las codiciadas Gordon, Capitan Jack y La Ballena. Flanqueándola a ambos lados, sendas botellas de vinacho peleón, vacías tb. Para aderezar todo ello, la cocina estaba echa unos zorros, el microondas para tirar, etc., cuando las vi al día siguiente y tras las presentaciones oportunas, les dije que cuando me tocaba limpiar, que me incluyeran en los turnos, y me respondieron, evidentemente, que no habían turnos de limpieza pero que no sería mala idea, jaja. Asimismo, les pregunté que parte del frigorífico me correspondía, creo que era la zona donde se ponen los huevos. Bueno, hay que decir que cuando llegué me encontré una caja de bombones en mi habita dándome la bienvenida, y al día siguiente todo estaba impoluto, un pedazo de hueco en el frigo, etc., mola, además, el apartamento es una caña y pilla a 5 mtos de la estación de tren andando y a otros 5 del centro, no se puede pedir más. Por cierto, para los curiosos, he probado el tema de tirar de la cadena para ver la influencia del famoso efecto Coriolis, pues bien, como apuntaría mi buen amigo Luisito, no se ve un carajo, es poco el espacio, casi nula la fuerza y también dependerá del modelo del sanitario. Después de este breve pero necesario inciso, continúo con mis vivencias. El sábado y el dommingo, tras un sorprendentemente nulo jet lag (bueno, no tan sorprendente, ya que nada más salir me puse la hora neo zelandesa, e intenté más o menos habituarme a esos hábitos. Cuando llegué, estaba reventado, serían sobre las 15, pero no me fui a sobar, me fui a dar una vuelta de 4 horitas para acostarme cuando tocaba. A esto hay que añadir el entrenamiento que he llevado los fines de semana de retirarme a la hora que me solía levantar o incluso más, a veces los esfuerzos tienen su recompensa) me aventuré a vivir Wellington. La verdad es que estamos ante una ciudad muy acogedora, donde todo es nuevo, situada justo en el extremo sur de la Isla Norte, separada por el Estrecho de Cook de la Sur (tipo Estrecho de Gibraltar) mezcla increible de personas, sobre todo de asiáticos, en una misma calle puedes probar un trocito de la India, otro de Vietna, Tahilandia, Camboya, China, Japón… En Wellington ciudad viven unas 150.000 personas, es muy accesible a pie y demuestra nada más verla sus raices inglesas. La ciudad se apuesta en torno a una bonita bahía, donde los rascacielos sobresalen (si bien, no penséis en rascacielos tipo Manhatan) y donde los bares y tiendas (más que personas) e intercambian constantemente personas, muestra del bullicio constante a la que está sometida. También me ha sorprendido, bueno, en realidad, no tanto, el tema de la globalización, si nadie te dice nada, puedes pensar que estas en cualquier gran ciudad del mundo, por sus tiendas, por sus McDonalds, etc. Está claro que algo bueno tendrá este tema de la globalización, pero para mi, la pérdida de las identidades que hacen propios a los sitios es algo nefasto e irreparable.
Una vez reconocido el terreno, me preparé para mi primer día de curro. Trabajo en Porirua, que es un pueblecito costero situado a unos 20 km de Welli. Este primer día me volvió a sorprender, porque todo marchó a la perfección. Me esperaba una compañera de Tom, y tras las perceptivas normas de seguridad, pasó a presentarme a la gente y a enseñarme el centro para finalmente enseñarme mi puesto de trabajo con su pedazo mesa, ordenador, etc. El centro se llama ESR (siglas que responden a Environmental Science Research), en el cual no solo se trabaja con suelos y lodos, es el laboratorio de referencia del Ministerio de Sanidad, llevan temas de drogas y forenses (es decir, que van pasando fiambres cada dos por tres), donde trabajan unas 200 personas. Tom no estaba, está en unas conferencias y viene el miércoles, pero la verdad es que todo el mundo me trató fenomenal, todos sabían que iba porque me iban parando, ayudado a que me hicieron una foto nada más llegar y la colgaron en el cuadro del equipo de Tom.
De lo específico ya paso a lo general, a los primeros pensamientos y conclusiones así “a bote pronto”. En primer lugar, tengo que admitir que se me ha caído un mito (como ya me pasó en Francia, eso pasa cuando te hablan de algo pero tu no lo has visto de primera mano) en lo referente a respeto por el Medio Ambiente y a nivel de desarrollo del país. Welli es una ciudad donde la bici no tiene lugar, y no porque no tenga las condiciones, sino porque simplemente, no hay carriles bici. Hasta la fecha, no he visto a nadie que separe residuos, más que nada porque no hay contenedores, aunque igual lo separan en destino, lo tengo que estudiar. Los transportes son auténticas tartanas, con más años que el baúl de la Piqué, y más lentos que el caballo del Malo. El centro donde estoy estaba bastante sucio, mi mesa y mi teclado tenían más mierda que el palo de un gallinero, y los aseos no se quedaban muy atrás. Con todo esto, saco la conclusión de que en España no estamos tan mal, todo lo contrario, pienso que estamos muy bien y que vamos a más. Si a eso unimos nuestro clima y nuestra gente, pienso que estamos en el mejor sitio que se puede estar del mundo.
Bueno, me despido ya que me ha quedado esto larguito (aunque ya he avisado), espero que no os hayáis quedado durmiendo y que esto no sea razón para no leer la próxima edición de este “Elegante...”.
Besos para ellos, abrazos para ellas.